viernes, 28 de septiembre de 2012

La mentira de la traducción juramentada en Brasil


Seguramente habréis necesitado alguna vez una traducción juramentada y os habréis quedado pasmados del precio que se cobran los traductores por unas pocas líneas. En España, para ser traductor juramentado, uno puede estudiar el grado de traducción y escoger unos créditos para convertirse en traductor juramentado o pasar un examen bastante difícil, pero que a fin de cuentas, con estudio y dedicación se consigue aprobar.. 

Pues bien, en Brasil, el tema de la traducción juramentada es un negocio redondo, pero sólo para aquellos que consiguen pasar unas oposiciones complicadísimas, que en el caso de Río de Janeiro, se convocaron el año pasado, después de 30 años sin que se abriera una sola convocatoria. Podéis imaginaros la cantidad de aspirantes que se presentaron para unas decenas de plazas. Si el traductor consigue pasar estas oposiciones su firma tiene un valor jurídico, y el aparato brasileño, amante de la burocracia, los sellos y los certificados, siempre pide ese reconocimiento jurídico en cualquier traducción. Por ese motivo, una traducción juramentada resulta desorbitadamente tan cara en este país. 

Pero no os penséis que el traductor juramentado, una vez pasa las oposiciones, se va a poner a traducir. No, no. Después de haber estudiado tanto y de haberse convertido en un profesional tan capacitado, vende su firma a empresas de traducción como en las que yo trabajo, llega un becario o un trabajador explotado que nunca ha leído un texto jurídico en su vida, y se pone a traducir lo que luego el traductor juramentado firmará, que apenas le ha echado un rápido vistazo al texto (o ni siquiera eso).

No entiendo este sistema. No entiendo cómo puede ser que en una cosa tan seria como un documento, que se supone que es oficial y que tiene que estar perfecto, se permitan estas acciones. Ya veo de qué forma se valora el esfuerzo: estudiar y aprender, no para ser un buen profesional, sino para vender tu firma y olvidarte de traducir una sola palabra en tu vida.

Enfin, espero que con la medicina no ocurra lo mismo y que no sea el becario que lleva 5 meses en el hospital, el encargado de llevar a cabo una complicada operación de riñón...

1 comentario:

Cris Ruano dijo...

Déu n'hi do... visca la professionalitat! xD